"Mi máximo compromiso está en el público"
¿Por qué Elojet como nombre artístico?
Me llamo Eloy Roig y vengo de un pueblo valenciano llamado Sueca. El nombre viene de un hecho cotidiano. Dio la casualidad de que el hermano de una de mis mejores amigas se llamaba igual que yo, y desde entonces, diferenciaron el nombre, llamando a él Eloy y a mí “Eloyet”. Los diminutivos coloquialistas terminados en -et, son muy comunes en Sueca. Aunque mis primeros bolos fueron con mi nombre y apellido. Aquello era muy típico por entonces. Hasta que un día decidí aprovecharlo, poniéndole la terminación -jet. Y cuando vi que me gustaba y empezaba a cuajar, lo seguí manteniéndome en más bolos.
También quise tener un aka con mi amigo Fran Alberola, con quien tuve el sello Nostrax, enfocado al nu-disco. El proyecto consistía en pinchar juntos, haciéndonos llamar Jet Set Dj. Aquello era un formato muy 2ManyDjs, pero nunca llegó a cristalizarse, así que me quedé finalmente con la terminación -jet para mi nombre. Terminación que he aprovechado también para el nombre de mi peluquería: Pelojet, y ahora también, para mi sello: Jet Series.
¿Cómo llegaste al negocio de la peluquería?
Yo soy peluquero desde los catorce años. Es el trabajo que me da de comer y el que me ayuda a comprar discos. Creo que siempre seré peluquero. Nunca he tenido una perspectiva laboral, a largo plazo, con respecto a la música. Es una cosa que me encantaría, pero de momento, tengo los pies en el suelo. En la peluquería disfruto el día a día, es un trabajo creativo, y nos pasamos el día divirtiéndonos y escuchando buena música, en un ambiente muy social.
¿Cuál es tu relación con la música electrónica? ¿Cómo empezó todo?
Desde los catorce años empecé a salir de fiesta. En Sueca, lo normal en la adolescencia, era salir a la discoteca Chocolate. Y recuerdo que la primera vez que fui allí me impactó el sonido y el ver a tanta gente de fiesta. Estamos hablando de unas tres mil o cuatro mil personas congregadas, sintiendo la música al cien por cien. A partir de ahí, empecé a interesarme mucho por la música, a nivel clubber y melómano, coleccionando discos, y a tener amistad con los djs. En aquél periodo conocí a figuras Héctor Alias, antiguo residente de Chocolate, y uno de mis mejores amigos. O a Óscar, que actualmente lleva Hypnotica Colectiva...
Pero con el tiempo, tuve un giro importante, cuando conocí el House, a los dieciséis años. Este género me llevó a un tema en concreto que me marcó un antes y un después en mi trayectoria, y fue el track “Free at Last”, de Simon, con el speech de Martin Luther King. Me impactó y llenó tanto el conjunto del tema, que replanteó mis gustos musicales. Con él descubrí que existía un House con clase, más lento de BPM. A partir de ahí, supe que el House era el género que más me iba a gustar en la vida.
Posteriormente, descubrí Barraca y con ello, al dj que más me ha influenciado en esta vida, a nivel local: el gran Danny Fiddo. Lo considero de lo mejor que ha dado Valencia en cuestión de electrónica. Hilvanaba sesiones muy eclécticas, capaces de pasar de un género a otro con elegancia y coherencia, y a veces, hasta durante más de diez horas seguidas pinchando.
¿Cuál fue el punto de inflexión de ser un espectador a convertirte en dj?
Siempre me ha gustado la independencia, tanto a nivel económico como personal, así que a los diecisiete años empecé a trabajar en un club que se llamaba “El Sol de Sueca”. Sus djs residentes han sido para mí como hermanos mayores. Hablo de Toni Martínez y Dani Guti, que son gente que también empezó a influenciarme mucho. Fue con ellos con los que empecé a a escuchar el House. Me descubrieron tracks que me han marcado muchísimo. Cuando los veía pinchar y el tipo de vida que llevaban, aquello me atraía mucho. Sin embargo, lo de empezar pinchar lo iba postergando, hasta que conocí a otro artista, que para mí también forma parte de mi familia: Alberto Sola. Lo conocí en Barraca e hicimos una gran amistad. Él fue la persona que me incitó a lanzarme a este campo de lleno, diciéndome que yo tenía mucho potencial y criterio, que tenía que aprovecharlo de alguna forma. Él fue también quien me consiguió mi primer bolo en MiniClub. De esto hace unos nueve años, y desde entonces, no me he podido quejar de cómo han ido las cosas.
¿Recuerdas algún momento especial que te haya marcado como clubber?
Como clubber me han marcado muchos y me siguen marcando. Siempre recordaré mi primer Sonar. Pero como djs que me han impactado, y que luego han sido muy importantes para mí, han sido artistas como Seth Troxler, Barnt, Michael Mayer, Rebolledo, Dj Harvey, John Talabot... Son artistas que me pegaron tal sacudida, rompiendo lo establecido y saliéndose con la suya, consiguiendo hacer bailar y disfrutar al público con otros tempos, géneros y estilos, que me hicieron replantearme mi relación con la música y mi trabajo como dj, y seguir adelante, evolucionando.
Tengo la suerte de tener unos amigos maravillosos aquí en Valencia, gente con la que comparto 100% mis gustos, que he conocido de mayor y que además son muy buenos djs, como Jorge Moreno, Moy Santana, Alberto Sola... Son djs con los que empezamos juntos, investigando música, y viajando a festivales y clubs.
¿Sigues disfrutando como clubber?
Tengo 34 años, y he disfrutado y sigo disfrutando mucho como clubber todas las semanas, tanto aquí en Valencia, que creo que estamos teniendo una escena de djs buenísimos, como fuera.
¿Cuándo empezaste a tomarte más profesionalmente la música?
Todo ha ido en aumento, empezando con un bolo cada dos o tres meses, a ir teniendo un bolo cada mes, a tener varios en el mismo mes, hasta formar parte de la escena local. He tenido la suerte de ser residente durante tres años, en la Oven de La3. También he estado dos años en la fiesta Fayer, una fiesta a la que le debo mucho, y me que me ha permitido pinchar con artistas que no hubiera pensado en la vida. Pero como todo en esta vida, tiene épocas, y en diciembre de 2016 terminamos. Y ahora voy de forma independiente, manteniéndome en algunas fiestas, como Ruzafa Vice, que es mi marca junto a Jorge Gregori, que es la persona con la que más me gusta pinchar en el mundo en cabina, y pinchando para las fiestas The Basement, que es de lo mejor que se está haciendo en Valencia, o con la gente de Wateke, a la que le debo mucho.
Y desde que empezaste hasta ahora, ¿ha cambiado mucho la escena?
Muchísimo, la verdad. Cuando empecé, alrededor de 2008/2009, habían sólo dos focos de electrónica. Uno era Miniclub, que por entonces estaba a las órdenes de Daniel Kyo, trayendo bolos muy intereasntes, y por otra parte, la Oven, en la sala La3. Pero aquello era una competencia, donde si llenaba uno el otro no llenaba. He visto noches de Miniclub, musicalmente, impresionantes, y porque ese día La3 hubiera trabajado mejor las relaciones y la promoción, donde estaba Erick Torres a la cabeza, que es una persona a la que le debo mucho y me ha ayudado un montón en mis inicios, hubiera ido más gente. La misma historia también sucedía al contrario.
A día d hoy, en cambio, tenemos a la gente de Propaganda, de Caravaca, que ha hecho una labor buenísima, Chromatic, Beyou, The Basement, Fayer, que mensualmente reúnen una cantidad que no lo consigue mucha gente, La3 con Wax y llenando toda la Main, la propuesta de Daniel Kyo con la Nighttrain, que me parece una propuesta brutal, por el espacio en el que está situado (Up Hostel), por el horario y por reunir a un público de edad más avanzada. También se van a dar este verano varios festivales en Valencia. Electrosplash, por ponerte un ejemplo, ha decidido mudarse a la ciudad. La evolución es buenísima. Hace ocho años esto era impensable.
¿Y qué echas en falta?
Echo en falta buen sonido, porque creo que sería una cosa que alimentaría que la gente bailara tres veces más, y en la música electrónica, esto fundamental. El hecho de entrar en la sala y que el bombo te pegue en el pecho, es clave en este tipo de música. La música electrónica depende mucho de los graves y de unos matices sonoros que sin un buen SoundSystem, es impensable. Por eso creo que los promotores y los dueños de los clubs deberían ser realistas al respecto. Creo, además, que eso es más importante que la propia programación. Una programación floja con un buen sonido, puede funcionar, pero una programación fuerte con un sonido flojo, es una tontería.
¿Cuál es tu criterio a la hora de componer un set?
Depende de la hora y la pista. Soy versátil y eso no significa que me venda al mercado, ni mucho menos. Puedo torear en muchas plazas porque he tenido a muy buenos maestros. Alberto Sola, residente de Barraca o Moy Santana, al que le debo mucho también, es gente que me ha inculcado mucho la versatilidad. He tenido también la oportunidad de hacer muchos Warm Up en Fayer y en La3, y pienso que hay que ser fresco, hay que saber abrirse sin reventar el bolo de la persona que viene detrás, evitando abusar de música fácil, y sin perder el compromiso con la gente que tienes delante, y que no consiste en otra cosa que en hacer bailar. Esa es mi norma básica.
En cuanto a estilo, soy una persona que pone de todo. Me encanta el Disco, el House y el Techno. Me gustan muchos géneros, pero toda mi música siempre pasa por un filtro electrónico.
¿Crees que se ha perdido un poco el objetivo de hacer bailar?
Creo que hay gente que pincha pensando más en que lo admiren determinados djs, que con el objetivo de hacer bailar y disfrutar al público. Hay gente que se encierra en estilos también por modas, por querer ser más underground que nadie cuando en realidad es miedo a no gustar. No es mi caso. Yo rescato temas de épocas que se pueden considerar quemadas, o que ya se ha pinchado hace tiempo, pero a mí no me da vergüenza hacerlo.
¿A qué gente admiras?
En mis inicios, Erick Torres, como promotor, me apoyó muchísimo. Me vio pinchar hace tiempo en un after, y a partir de ahí, le gusté mogollón y empezó a darme fechas en clubs como el 47, que me permitió posteriormente dar el salto a la Oven. Hicimos una buena trayectoria y fue una época muy, muy buena para la sala. Trajimos a artistas como Boston Bun, Gameboyz o Alvaro Cabana, y la verdad es que fue un llenazo absoluto. Como dj, Daniel Kyo es de mis favoritos en Valencia, y entre mi grupo de amigos, a Jorge y Moy de Coolmachines, Alberto Sola es un dj que me ha aportado muchísimo, como el mismo Danny Fiddo. Y de la nueva remesa, djs como Pau Pérez o Gonzo in Vegas, que es gente que está trabajando muy bien.
¿Cómo decidiste embarcarte en un sello, tal como está el panorama?
Llevo un año y medio haciendo música. Voy todos los lunes al estudio y trabajo con varias personas que se dedican a ello, y en este breve tiempo, he conseguido publicar en Solar Distance, el sello de Uner, y en Sincopat, el sello de mi hermano Affkt, una de las personas que más me ha ayudado en este mundo. Tenía mucha música parada, pero seguía trabajándola, hasta que conseguí reunir tres temas que tenían mucho sentido entre sí, pero sin tener nada que ver el uno con otro. Los tres temas representaban los tres estilos que más pincho: uno es el disco, otro el house y el otro el techno, pero un techno nada agresivo. Cuando lo vi claro, dije, ¿por qué no estrenar los temas en un sello propio? Y acto seguido, pensé, ¿y por qué no hacerlo sólo en vinilo? No soy un comprador asiduo de vinilos, pero los tres o cuatro vinilos que compro al mes, no salen en digital, y eso es algo que valoro mucho. Sellos como Italojohnson, Disco Halal o Secret Squirrel, trabajan en líneas que me inspiran y que saben cómo mantener en vilo al cliente, a la espera de la próxima publicación para coleccionar.
Con todo, quiero dar las gracias al apoyo de mis amigos Affkt y Alberto Sola, que me pusieron en contacto con su distribuidora, cosa que les encantó, porque no tenían ningún sello only vinyl. De momento, todo está yendo por muy buen puerto y está teniendo buena acogida, gracias también al apoyo de gente como David Ponziano, Simón García, Zombies in Miami, etc.
¿Qué tienes en mente, de cara a los próximos meses, con el sello?
Ahora estoy preparando ya el segundo, que lleva un pequeño homenaje a la banda Kraftwerk. Son simplemente dos notas, pero a la gente que le gusta la música con un poquito de cultura, le va a encantar. Y este verano prepararé el siguiente EP, con la idea de que salga en octubre.
¿Hacia dónde te quieres dirigir con este sello?
Este sello sólo es para sacar, en principio, mi música. Quizá en un futuro no me importaría sacar a artistas que me parezcan interesantes, incluso de aquí, de Valencia. Daniel Kyo, por ejemplo, es un productor que me encanta, que tiene mucha música buenísima. Pero por ahora, quiero darme a conocer yo, en la medida de lo posible, e intentar llegar a la gente.
¿Cómo definirías tu concepto musical?
Considero mi música muy retro, analógica y basada en lo electrónico. Y es que he tenido la oportunidad de producir con máquinas más analógicas, porque ese sonido que sacan, me encanta. Recientemente vi la reacción del público con el tema Cuxicú, que tiene un sonido que me identifica y que me parece, como el resto de tracks, bastante atemporal. También me interesa que los temas suenen contundentes. Me da igual que vayan a 100bpm, pero que suenen densos. Nunca me verás pinchar tracks minimalosos y vacíos, ni nunca los produciré, porque no me indentifican.
Para terminar, ¿cuáles son tus planes de futuro?
Con el sello me encantaría poder hacer showcases, en las que invitaría a djs que admiro, tanto locales como de fuera. Hay una escena impresionante en España, con artistas como Kresy, David Ponziano, Vane Madrid... También hay una escena valenciana potente, con gente como Andrés Llatas o Pau Pérez. Al margen, tengo varios bolos pendientes, uno de ellos será en un festival en Alemania, en Nuremberg, que ojalá saliera adelante y se pudiera cuadrar. Por otra parte, quiero seguir con Ruzafa Vice, que es mi fiesta bimensual, junto a Jorge Gregori, y que igual pasa a ser mensual o a cambiar de sala.
¿Y a nivel personal?
A nivel personal quiero seguir cuidando mucho mi negocio, la peluquería, y todo lo que hago. Hasta ahora he intentado hacer las cosas que mejor he sabido y creo que no me ha ido tan mal. También quiero seguir cuidando más las amistades. No quiero que por la música ni por nada, acabe pisando a nadie. Creo que es un aspecto muy típico de este sector. A veces el no ser buen compañero y amigo, lleva a enfrentamientos que no merecen la pena. Por eso, intento vivir con el máximo de gente posible y quedar bien con ellos. Y respecto a los bolos, quiero seguir dándolo todo, y cuidar todos los aspectos de mi trabajo. Mi máximo compromiso está en el público. Y aunque suene un poco ególatra, cuando vienen a felicitarme, es una cosas que más satisfacción me dan. Aunque tú mismo ya lo sepas y tengas el caché en el bolsillo, eso es maravilloso.
Comments